MAESTRO ZEN WÚ DǍO - Sutra Vimamsaka - Budismo zen Alicante.

En esta enseñanza sobre el espíritu crítico, también conocido como Vimamsaka Sutta, el Buddha aborda la forma en que los monjes deben examinar y evaluar su comprensión de su propia iluminación y las cualidades del Buddha. El Buddha Shakyamuni comienza señalando que un monje crítico, pero sin un conocimiento profundo de la mente del Buddha, debería llevar a cabo un examen adecuado antes de llegar a conclusiones.

El Buddha ofrece un enfoque paso a paso para llevar a cabo este examen. El monje debe evaluar las cualidades del Buddha en tres categorías: impuras, mixtas y puras, que pueden ser percibidas a través de los sentidos, específicamente, el ojo y el oído. El monje debe investigar si el Buddha posee cualidades impuras que pueden ser conocidas por el ojo y el oído. Sin embargo, el Buddha afirma que el Buddha no tiene cualidades impuras.

Luego, el monje debe examinar si el Buddha tiene cualidades mixtas que pueden ser conocidas por el ojo y el oído. Nuevamente, el Buddha declara que el Buddha no posee cualidades mixtas. Finalmente, el monje debe examinar si el Buddha tiene cualidades puras que pueden ser conocidas por el ojo y el oído. El Buddha afirma que sí tiene estas cualidades puras.

Además, el monje debe evaluar el tiempo en el que el Buddha ha adquirido estas cualidades. El monje debe determinar si el Buda las ha logrado desde hace mucho tiempo o si las ha adquirido recientemente. Según el Buddha, el Buddha ha logrado estas cualidades desde hace mucho tiempo, no recientemente.

El monje también debe investigar si el Buddha está libre de los peligros asociados con la fama y el reconocimiento. El Buddha explica que aquellos que no han alcanzado la fama y el reconocimiento no enfrentan los peligros que vienen con ellos, mientras que aquellos que han alcanzado la fama y el reconocimiento sí experimentan esos peligros. Sin embargo, el Buddha señala que él está libre de esos peligros a pesar de su fama y reconocimiento.

También, el monje debe evaluar si el Buddha es moderado y libre de temor, y si se abstiene de los placeres de los sentidos debido a que ha superado la pasión. El Buddha declara que él es moderado, sin temor y no se entrega a los placeres de los sentidos porque está libre de pasión y la ha eliminado.

El Buddha afirma que aquellos que tienen confianza en él y en sus enseñanzas profundas en estas cualidades verdaderas y firmes no pueden ser sacudidos por nadie en el mundo.

Vimamsaka Sutta

Así lo he oído. En cierta ocasión, el Bienaventurado residía en Sāvatthī, en la arboleda de Jeta, en el parque de Anāthapiṇḍika. Allí, el Bienaventurado se dirigió a los monjes:

—Monjes.

—Sí, venerable señor —respondieron los monjes.

Y el Bienaventurado les dijo:

—Monjes, el monje con espíritu crítico, desconocedor del alcance de la mente de otro, debería examinar al Tathāgata para averiguar si está o no completamente iluminado.

—Venerable señor, las enseñanzas tienen en el Bienaventurado su raíz, tienen al Bienaventurado como guía, tienen al Bienaventurado como refugio. En verdad que sería bueno, venerable señor, que el Bienaventurado aclarara el significado de sus palabras. Habiéndoselas escuchado, los monjes las recordarán.

—Entonces, monjes, escuchad, prestad cuidadosa atención y hablaré.

—Sí, venerable señor —respondieron los monjes.

Y el Bienaventurado les dijo:

—Monjes, el monje con espíritu crítico, desconocedor del alcance de la mente de otro, debería examinar al Tathāgata en lo referente a dos tipos de cualidades, las que pueden conocerse por el ojo y por el oído[417]: «¿Tiene o no tiene el Tathāgata cualidades impuras[418] que puedan conocerse por el ojo y por el oído?». Examinándolo de ese modo, conoce: «El Tathāgata no tiene cualidades impuras que puedan conocerse por el ojo ni por el oído».

»Luego lo examina aún más: «¿Tiene o no tiene el Tathāgata cualidades mixtas[419] que puedan conocerse por el ojo y por el oído?». Examinándolo de ese modo, conoce: «El Tathāgata no tiene cualidades mixtas que puedan conocerse por el ojo ni por el oído».

»Luego lo examina aún más: «¿Tiene o no tiene el Tathāgata cualidades puras que puedan conocerse por el ojo y por el oído?». Examinándolo de ese modo, conoce: «El Tathāgata tiene cualidades puras que pueden conocerse por el ojo y por el oído».

»Luego lo examina aún más: «¿El Tathāgata logró esas cualidades beneficiosas hace mucho tiempo o más bien las tiene desde hace poco?». Examinándolo de ese modo, conoce: «El Tathāgata logró esas cualidades beneficiosas hace mucho tiempo y no las tiene desde hace poco».

»Luego lo examina aún más: «¿Hay en este venerable monje alguno de los peligros que se dan en quien es famoso y está reconocido?». Porque, monjes, cuando el monje no ha conseguido fama y reconocimiento no se dan esos peligros, en cambio, monjes, cuando el monje consigue fama y reconocimiento sí se dan esos peligros.

»Examinándolo de ese modo, conoce: «Este venerable monje es famoso y está reconocido pero no hay en él ninguno de esos peligros».

»Luego lo examina aún más: «¿Este venerable es moderado sin temor, no se modera por temor? ¿Es por estar libre de pasión y haberla eliminado por lo que no se entrega a los placeres de los sentidos?».

»Examinándolo de ese modo, conoce: «Este venerable es moderado sin temor, no se modera por temor, no se entrega a los placeres de los sentidos porque está libre de pasión y la ha eliminado».

»Monjes, si otros preguntan al monje: «Venerable, ¿Cuáles son los hechos en que se basa el venerable para decir: “Este venerable es moderado sin temor, no se modera por temor, no se entrega a los placeres de los sentidos porque está libre de pasión y la ha eliminado”?»; para responder rectamente, monjes, el monje tendrá que responder así: «Este venerable, viviendo en comunidad o viviendo solo, viendo que unos van por el buen camino, otros por el malo, que unos instruyen a un grupo [y otros no], que algunos se involucran en asuntos materiales y otros no se ensucian con asuntos materiales, no desprecia a ninguno de ellos. Además, esto yo lo he escuchado de la boca del Bienaventurado y lo he aprendido del mismo Bienaventurado: “Yo soy moderado sin temor, no por temor, no me entrego a los placeres de los sentidos porque estoy libre de pasión y la he eliminado”».

»Monjes, entonces habría que interrogar al Tathāgata aún más: «¿Tiene o no tiene el Tathāgata cualidades impuras que puedan conocerse por el ojo y por el oído?». Monjes, al responder, el Tathāgata respondería: «El Tathāgata no tiene cualidades impuras que puedan conocerse por el ojo ni por el oído».

»Monjes, entonces habría que interrogar al Tathāgata aún más: «¿Tiene o no tiene el Tathāgata cualidades mixtas que puedan conocerse por el ojo y por el oído?». Monjes, al responder, el Tathāgata respondería: «El Tathāgata no tiene cualidades mixtas que puedan conocerse por el ojo ni por el oído».

»Monjes, entonces habría que interrogar al Tathāgata aún más: «¿Tiene o no tiene el Tathāgata cualidades puras que puedan conocerse por el ojo y por el oído?». Monjes, al responder, el Tathāgata respondería: «El Tathāgata tiene cualidades puras que pueden conocerse por el ojo y por el oído: estas son mi camino y estas son mi pastizal pero yo no me identifico con ellas».

»Monjes, merece la pena que el discípulo se acerque al maestro que dice así para escucharle predicar la Enseñanza. El maestro le predica la Enseñanza, lo más elevado y lo más sublime, lo oscuro, lo claro y sus relaciones mutuas. A medida, monjes, que el maestro va enseñando al monje de este modo, éste va perfeccionando uno a uno los estados mentales hasta llegar al conocimiento superior de esa Enseñanza. Entonces puede confiar en el maestro: «El Bienaventurado está completamente iluminado, la Enseñanza está bien explicada por el Bienaventurado, la Comunidad sigue el buen camino».

»Monjes, si otros preguntan al monje: «Venerable, ¿cuáles son los hechos en que se basa el venerable para decir: “El Bienaventurado está completamente iluminado, la Enseñanza está bien explicada por el Bienaventurado, la Comunidad sigue el buen camino”?»; para responder rectamente, monjes, el monje tendrá que responder así:

»«He aquí, amigos, que me acerqué al Bienaventurado para escucharle predicar la Enseñanza, el Bienaventurado me predicó la Enseñanza, lo más elevado y lo más sublime, lo oscuro, lo claro y sus relaciones mutuas. A medida, monjes, que el maestro me enseñaba de este modo, fui perfeccionando uno a uno los estados mentales hasta llegar al conocimiento superior de esa Enseñanza. Entonces pude confiar en el Maestro: “El Bienaventurado está completamente iluminado, la Enseñanza está bien explicada por el Bienaventurado, la Comunidad sigue el buen camino”».

»Monjes, de aquél cuya confianza en el Tathāgata se establece, arraiga y se fundamenta en estas cualidades, trazas y señales, se dice que su confianza se basa en cualidades ciertas, está arraigada en la visión, es firme y no hay asceta, brahmín, dios, Māra ni nadie en el mundo que la pueda quebrantar.

»Así es, monjes, como se examina al Tathāgata según la Enseñanza, así se examina bien al Tathāgata según la Enseñanza».

Así habló el Bienaventurado, y los monjes gozaron y se complacieron con sus palabras.

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Fuente: Majjhima Nikaya 27 - Cūḷahatthipadopama Sutta
Traducción del pali: Amadeo Solé-Leris & Abraham Vélez de Cea