En la claridad interior y la liberación de apegos, reside la verdadera realidad. Trasciende las emociones, abandona los conceptos y abraza la vivacidad de las experiencias. Conoce antes de que se manifiesten, comprende antes de que se diga. Vacía cuerpo y mente, alcanza la inmaterialidad espiritual. Purifica tus percepciones internas, sin aferrarte a lo externo. En la serena sublimación, encuentras la libertad por ti mismo, siendo trascendente, independiente y libre.
"En la claridad del ser vacío, trascendemos las limitaciones conceptuales y encontramos la libertad de experimentar la auténtica realidad en cada instante."
El zen nos invita a ir más allá de la mente conceptual, liberándonos de las limitaciones impuestas por las ideas y los juicios. Se nos anima a desarrollar una percepción clara y directa, que nos permita comprender las cosas antes de que se manifestaran y conocer la verdad más allá de las apariencias superficiales.